La mortalidad infantil es uno de los problemas más graves que se vive en los países pobres, por ello el Objetivo 4 persigue reducir en dos terceras partes la mortalidad de niños y niñas menores de 5 años.
Casi el 50 % de niños y niñas que mueren antes de cumplir 5 años han nacido en el África Subsahariana.
En los países ricos, la tasa de mortalidad infantil es del 1 por %. El contraste es sin duda enorme. Una de las principales claves está en los niveles de pobreza.
La tasa de mortalidad infantil es un indicador sensible a los cambios que se producen en las sociedades.
Los factores de desarrollo socioeconómico inciden directamente sobre las posibilidades de supervivencia de los recién nacidos y también lo hacen sobre la capacidad de respuesta de los servicios de salud. A esto debe sumarse una menor accesibilidad a los mencionados servicios de las comunidades de menores recursos.
En los países empobrecidos las posibilidades de morir antes de los 5 años aumentan significativamente cuanto mayor sea la pobreza de la familia.
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